así como lo pediste,
he intentado al máximo dejar mi teléfono de lado para no escribirte,
no llamarte.
Sigo con la cabeza gacha y distraído.
Pero todo me recuerda a tí.
Cada sonrisa, cada gesto, cada instante en el aire,
en mis oídos, en mis ojos.
Cada segundo te encuentro en la gente y huyo, camino más rápido más lento,
me detengo, me escondo, dejo pasar.
Tal pareciera que Benedetti sabía muy bien
mi caso al escribir : "Viceversa"
¡Maldición! ¡Sigo sin entender todo este ruido y este silencio!
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