Ahora que estoy despierto a medianoche, sin tí, solo con tu recuerdo en mi mente, tratando de dejar solo a tus ojos, tu rostro, tu sonrisa, tu cuerpo (que tanto me encanta).
Observo al espacio de cielo que me ilumina, veo tu rostro en la Luna y poco a poco mi mano derecha busca a mi pequeño ser, lo encuentra despierto también, lo acaricia tratando de calmarlo, pero quiere mostrarse, pensando que eres tú quien está ahí cerca -no, ella está muy lejos- se emociona aún mas, él no entiende la realidad, te busca aún mas que yo, por mucho que intento ocultarle la luz de la Luna, sigue intentando mostrarse.
Para calmarlo un poco pienso yo, me doy vuelta, boca abajo de esa manera a él no le llegará el influjo de la Luna, pero es necio y trata de moverse de quitar la prisión de mi mano, lo ha logrado, ahora mi mano ya no está en él, está en medio de mi peso y del colchón, él cree que esa suavidad que detecta eres tú, que es tu cuerpo, pero por mas que le digo que no estás, que es mentira, que es una ilusión, él te sigue buscando, y se mueve, se retuerce entre las sábanas pensando, creyendo es tu ropa, se mueve lentamente como disfrutándote, de arriba a abajo, ya suda de tanto esfuerzo de tanto moverse para encontrarte. Por fin se da por vencido y no le queda mas remedio que quedarse tenso de tanto esfuerzo y sudoroso, mojado por tu ausencia.
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