Permíteme.

Te pido de favor que me dejes quererte así como hasta hoy, quererte con toda la fuerza de que he demostrado,
con todas las ganas de estar a tu lado,
con todo el gusto de sentirte cerca.

También con esos momentos extraños,
en los que me vuelvo huraño,
con esos momentos en que me vuelvo un celoso
    no de temer.

Déjame quererte y estar así contigo,
porque cuando ya no te tenga cerca,
entonces, en ese momento,
no podré sentir nada de esto,
solo me quedaré con los buenos recuerdos,
y talvez me ría de mis celos tontos,
y de mis ataques de dudas,
y de mis silencios,
quizás ellos abunden,
porque no habrá quién pregunte: ¿qué te pasa?

Déjame quererte así, que para futuro,
lo más seguro,
cuando te busque,
no te encuentre.

Adivina esto.

De lejos:

TUM

TUM

TUM


Casi cerca:

TUM TUM

TUM TUM

TUM TUM

TUM TUM

Muy cerca:


TUMTUMTUMTUMTUM
TUMTUMTUMTUMTUMTUMTUMTUMTUMTUMTUMTUMTUMTUMTUMTUMTUMTUMTUMTUM
TUMTUMTUMTUMTUMTUMTUMTUMTUMTUM


¿Qué cosa es?

Admiración.

He esperado bastante tiempo para volver a escribir,
no he tenido ánimo para ello,
algo me pasa,
no encuentro la razón,
quisiera escribir todo lo que bien que me siento
      a tu lado,
pero no puedo expresarlo,
me repito (y te repito) una y otra vez que me gustas,
pero no solo es lo material que todos los demás ven,
es también tu sencillez,
tu sonrisa,
el cariño que emana de tus ojos,
y la sabiduría de tus palabras,
he notado como poco a poco
te admiro cada día más y más.

Me gustan tus labios, su color, su sabor y su textura;
me gustan tus mejillas, cuando se ponen rojas, cuando las toco
           y cuando las beso;
me gusta tu piel, lo clara y tersa que es.

Admiro el sonido de tu voz,
y la inteligencia de tus palabras,
lo natural de tu actuar,
y lo cómodo que es estar contigo sin hablar,
sabes perdonar (y perdonarme).

Eres muy grande (y no en edad),
grande en sabiduría y belleza,
grande en inteligencia,
grande como persona,
por eso te admiro,
por eso te quiero.