Todo parece en estos momentos un camino andado,
pensar, recordar, saber que hace ya algún tiempo
ni siquiera sabíamos de la existencia de ambos,
mucho menos de imaginar que sentiríamos algo,
que viviríamos juntos pequeños grandes instantes de tiempo,
que llegaríamos a convivir para platicar mucho,
poco, son muchas sonrisas sobre todo con ganas de estar ahí
platicando uno con el otro.
Ahora, no creo exista costumbre,
existe, creo yo, un reconocimiento de ambos,
un saber que el otro (tú o yo) está ahí,
no como imposición u obligación,
sino como un asunto más de querer estar ahí.
Estar por querer estar es agradable,
se siente, se disfruta.
¿Se añora?
¿Se recuerda?
Yo tengo mis propias respuestas,
y eso es lo bonito,
tú tienes tus propias respuestas,
y aunque no coincidamos en eso,
sabes y se que eso no es inconveniente
que el uno acepta al otro tal cual.
Eso es creo yo,
lo que hemos hecho hasta este momento,
conocernos, reconocernos y gustarnos
así con diferencias y en las coincidencias.
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