Me dices: ¡hasta la próxima semana!
y digo: de acuerdo
y lo digo convencido,
sin embargo,
¿quién puede controlar lo sentido?
Sí, lo sentido:
el no verte,
el no escribirte,
el no saberte cerca,
y otras tantas cosas
no me obligaron
pero sí me movieron
a romper ése pacto.
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