jueves, 22 de abril de 2010

No tengo porqué.

No tengo porqué tratar de obligar a la naturaleza
a cambiar su forma de ser;
no puedo cambiarla de todos modos.

Soy nadie para eso,
no puedo pedirle a la Luna que se aparezca
en esta noche tan larga,
así nada mas con pedirlo.

¡Ja! Ni siquiera lo he pedido,
hasta en eso,
no tengo poderes telepáticos para decirle
(y las palabras no salen de esta boca)
a la Luna: quiero verte Luna, en esta noche,
estar contigo, que me acompañes,
que me dejes sentir tu presencia,
decirle todo eso,
sin hablarlo ni escribirlo.

La vida tiene sus tiempos
y a veces, como ahora, esos tiempos
no encajan del todo bien conmigo,
no me queda más que quitarme esos
sueños locos de querer controlar
lo que es incontrolable.

Solo me resta esperar a que todo
cumpla su ciclo,
y si en ese ciclo puedo de nuevo
verte Luna,
esperaré con gusto.

          [Aunque esta noche parezca interminable]

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